No puedo responderte
las palabras, una vez mas, me volviste a ganar,
ni que hablar de la
mirada que obstinada intenta perpetrar
el aletargo de un
adios, la felicidad de un deseo.
No me busques
cuando anochezca, no me endulces con palabras.
No intentes reinar
mi reino, no habrá pasado mañana.
Por mas que duela,
por mas que no haya retorno,
mi adios planto
bandera, en el regazo de tu acomodo.
Te extraño en la
lluvia cuando el viento te grita y el frio te dibuja.
No me escuches,
veni, andate,
no me grites! no
muerdo sino me haces enojar.
Pasan botellas
llenas que desconsoladas escapan vacias de mis manos,
Tu voz en el
telefono una vez mas
paga los platos
rotos de un desborde emocional.
No me cortes,
esperá que me lavo las manos, quien sos?
No te escucho,
esperame!, no cortes.
En la ciudad de los
rotos corazones,
el tuyo seria el rey de los tuertos,
al que visten sin
ropa, al que engañan al llegar la mañana
al que le venden
rosas y le cortan las espinas para que no te pinche el pulgar.
No me ates a tus
cuestionamientos ni limitaciones,
No me acuses de tu
incertidumbre o desvarío.
Ya podes dejarme
que no me voy a perder,
Pero mirate al
espejo que se te está escapando el culpable
Intelectual de este
doble homicidio.
Y si hago promesas
que no voy cumplir, girate y no me escuches
Mi genio amor se va
a ocupar de mi.
Perfecto imperfecto
tiempo real, a tu cuento no le da igual.
Por mas vueltas que
des, hasta que no abras los ojos, no me vas a entender.
Estoy atrás tuyo,
justo al doblar las esquina, tengo la esperanza apretada en la mano de que un
día se te de por extrañarme e intentes regresar.
Por mi.