All is in your head. Good trip!

Good Kush and Alcohol.

Fuck off and Enjoy it!

martes, 3 de marzo de 2015

Arriba la Luna. Por donde saldrá el Sol?

  En una de esas noches donde el alcohol canta re-truco con todas las de ganar, el sol y la luna se conocieron después de varios encuentros desafortunados, burlados por aquel cínico destino que con astucia y misterio, una trampa les tendía. 

  La cobarde luna que solo se dejaba ver de noche por miedo a enseñarse por completo,
instantáneamente quedo perpleja ante tanta luz que encandilaba su atrincherada mirada, acostumbrada a aquellos tugurios y malos tratos provocados por el morbo despiadado de esconderse y gozar de lo oscuro, y donde el autoestima la arrastraba de los pelos a la marginaron de los narcóticos y las trampas.

  El sol con coraje y desconocimiento de aquel infortunio y turbulento porvenir, encandilo de magia a la temeraria luna y rasgo en cada cráter que la crueldad le había calado la piel, de a poco, y sin siquiera saberlo, beso hasta curar aquella cicatriz y con respeto paciencia y astucia, encontró la forma de dibujarle una sonrisa. 

  La luna obnubilada ante tanta ternura cerro un ojo y se dispuso a disfrutar, mientras sigilosa desconfiada y asustadiza, fiel a su temeroso instinto, con el izquierdo vigilaba cada intención del sol. 

  Durmieron abrazados y enseguida se entendieron, el sol le agarro fuerte la mano a la luna, que por primera vez en su vida se sentía segura, y le respondió con un beso en la frente, uno de esos que desbordan de ternura y estremecen hasta el corazón mas frió pero que el miedo y la cobardía tanto la frenaban para darlos. 

  Una noche seducidos por el ácido, el alcohol y la psicodelia, con astucia, cariño y ternura se miraron a los ojos anticipándose a los que ambos sabían que iba a suceder. Se besaron con extrema dulzura y no temieron en enroscarse hasta el amanecer. 

  La luna entendió que por fin freud funcionaba y se regocijo de felicidad, el sol la abrazo fuerte y supo por fin que nunca la iba a dejar escapar. Ambos, con sus dedos finos y largos hundieron sus falanges y escondieron el miedo para cuidarse siempre y por sobre todas las cosas. 

  La luna descubrió lo que era ser querida de verdad. Ella despertaba en las madrugadas para ver a su sol dormir y poderle acariciar cada rincón de su cara mientras el soñaba con algún disparate. 
Las noches le parecían raras si no podía enroscar sus largas piernas en las de su compañero y las mañanas le sonaban melancólicas sino jugaba con el hasta que el hambre acechaba. Descubrió además que la almohada mas cómoda era su pecho, y que no existía piel mas suave que su espalda. 

  Mas allá de sus fobias entendió que no había pasatiempo mas divertido que contar los lunares pintados de la espalda el sol y sonar cada hueso de su cuerpo. Cada instante juntos era distinto al anterior y juntos reían hasta el llano, era la primera vez que alguien hacia llorar a la luna pero de risa. Había recuperado las carcajadas que hace tiempo daba por perdidas y aquella añorada compañía que de felicidad le llenaba el corazón. 

 Por mi.